En la vida cotidiana nos manejamos con juicios. Tratamos de poner cada situación, cada evento dentro de una categoría determinada. Ponemos etiquetas muy rápidamente, para que todo encaje, nos pasa lo mismo con las personas, las encasillamos y las definimos por lo que pensamos de ellas.
Estos juicios y creencias funcionan como un obstáculo para el cambio y el aprendizaje. En la medida que no estamos abiertos a aceptar los puntos de vista de los otros, estaremos limitando nuestra posibilidad de expandir horizontes.
El pensamiento flexible nos permite entender que no somos dueños de la verdad, que podemos dudar de nosotros mismos, que no debemos temer a la controversia constructiva, que debemos evitar caer en posiciones dogmáticas.
El juego nos enseña a ser flexibles. La flexibilidad es una virtud que define un estilo de vida y permite a las personas adaptarse mejor a las presiones del medio. A las personas de pensamiento flexible les gustan los juegos,la risa, el humor y lo practican
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