Jugar es el camino para el cambio conceptual, porque en el juego podemos equivocarnos con un bajo costo, porque se generan ciclos cortos de aprendizaje y porque brinda un entorno de simulación protegido para probar caminos alternativos.
Trabajar con simuladores les da a las organizaciones una oportunidad única de entrenar a los colaboradores para las habilidades futuras. Realizar dinámicas con role playing o trabajar con casos de negocio para ensayar distintas estrategias.
Cada uno de nosotros es un estratega. Mediante el ensayo y error vamos descartando las estrategias que no funcionan y mejorando aquellas que resultaron provechosas.
Jugando nos convertimos en grandes estrategas, El juego nos enseña las mejores jugadas, nos enseña a anticipar, nos enseña a entrar en la cabeza del otro, a predecir sus movimientos, a equivocarnos y volver a intentar.
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